Hoy, 6 de mayo, día de la festividad de Domingo Savio os traemos el primer encuentro entre éste y Don Bosco. En este encuentro hay alguna frase que la hemos escuchado muchas veces, nos suenan las palabras de Domingo sobre la tela y el traje, pero queremos compartirlo completo para apreciar bien toda la escena.
Durante un viaje que hizo a Turín, don Cugliero (su maestro en el pueblo de Mondonio) habló de Domingo con Don Bosco, su amigo del seminario, que había abierto ocho años antes la casa de Valdocco para acoger a los jóvenes que vagabundeaban en los suburbios de Turín, pero que también aceptaba a los chicos que querían estudiar para ser sacerdotes.
Durante la fiesta del Rosario, Don Bosco, como tenía costumbre, llevó a los jóvenes de Valdocco al campo, a la granja de su hermano que vivía en la aldea de I Becchi.
Y aquí el lunes 2 de octubre de 1854, en el pequeño patio delante de la casa, tuvo lugar el primer encuentro entre Domingo Savio y Don Bosco:
- ¿Quién eres? – le dije -, ¿de dónde vienes?
- Yo soy – respondió -, Domingo Savio, del que le ha hablado Don Cugliero, mi maestro, y venimos de Mondonio.

Entonces le llamé aparte y puestos a hablar sobre los estudios hechos, el tenor de vida llevado hasta entonces, entramos enseguida en plena confianza él conmigo y yo con él.
Después, antes de que yo llamase a su padre, Domingo me dijo exactamente estas palabras:
- Entonces, ¿qué le parece? ¿Me llevará a Turín para estudiar?
- ¡Eh! Me parece que hay buena tela.
- ¿Para qué puede servir esta tela?
- Para hacer un bonito traje al Señor
- Por tanto yo soy la tela; sea usted su sastre; tómeme, pues, y haga un bonito traje para el Señor.
- Yo temo que tu gracilidad no soporte el estudio
- No tema eso; el Señor que me ha dado hasta ahora salud y gracia, me ayudará también en el futuro.
- Pero cuando hayas terminado el estudio de latín, ¿Qué quieres hacer?
- Si el Señor me concede tanta gracia, deseo ardientemente abrazar el estado eclesiástico.
- Bien; ahora quiero probar si tienes bastante capacidad para el estudio: toma este librito (era un fascículo de las Lecturas Católicas); estudia hoy esta página y vuelve mañana para repetírmela.
Comentarios recientes