Semana Santa en el primer Oratorio

Publicado el miércoles, 02 Abr 2025

Los inicios no fueron fáciles, la religión no era lo más llamativo para la juventud. Pero Don Bosco no tiraba la toalla, apostaba realmente por seguir las tradiciones cristianas y de esta manera es como consiguió que los jóvenes se fueran sumando a su propuesta.

Nos situamos en los primeros años del Oratorio de Valdocco (1846). Tampoco nos creamos que era sencilla la exposición religiosa, muchas veces parece que, al ser Don Bosco y su oratorio, todos serían creyentes y practicantes, pero nada más lejos de la realidad. Estaban en plena revolución industrial, donde las Iglesias se estaban vaciando y cada vez había menos jóvenes practicantes, casi como la situación que nos encontramos ahora mismo.

Pero esto no frenaba a Don Bosco, él tenía muy clara su misión y cómo no debíamos dejar de lado nuestra esencia por el número de jóvenes o por el qué dirán. Ante las malas miradas, desprecios o burlas, Don Bosco siguió adelante con la celebración del triduo Pascual por las calles de Turín. Os dejo aquí como lo escribe en sus Memorias del Oratorio:

El lavatorio de los pies

Cada año solíamos ir a visitar todos juntos los monumentos del jueves santo; pero, debido a algunas burlas o, mejor, desprecios de que éramos objeto, muchos no se atrevían a juntarse con sus compañeros.

Para animar a nuestros jóvenes a superar el respeto humano, aquel año por primera vez fuimos procesionalmente, cantando el Stabat Mater y el Miserere. Entonces se pudo comprobar que jóvenes de toda edad y condición se iban incorporando sin miedo a nuestras filas en gran cantidad. Todo transcurrió con orden y tranquilidad.

Por la tarde se celebró por vez primera la función del mandato. Para ello se escogieron doce jovencitos, a quienes se les suele llamar los doce apóstoles. Después del lavatorio según el ritual, se dio una plática a todo el pueblo. A continuación, invité a los doce apóstoles a una cena frugal, obsequiándoles, además, con un regalito, que todos se llevaron a su casa muy contentos.

Al año siguiente, además, se erigió canónicamente el vía crucis (1 abril de 1847), bendiciéndose las estaciones con gran solemnidad. En cada estación se decían unas palabras y se cantaba una copla religiosa adecuada.

Así se iba consolidando nuestro humilde Oratorio. Entre tanto ocurrían graves acontecimientos públicos que debían cambiar el aspecto de la política de Italia y aun del mundo (revolución del 1848).

Con este ejemplo, os invito a todos a celebrar, a mostrar nuestras creencias, a tratar esto en nuestras clases, en nuestros momentos con los alumnos, que no rehuyamos hablar con ellos, explicar, dar nuestra visión de cómo lo vivimos, ser ejemplo y testimonio vivo de lo que vamos a celebrar en esta Pascua.

Equipo de pastoral escolar

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